Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2013

S. Hustvedt: El verano sin hombres

Imagen
  Siri Hustvedt: El verano sin hombres . Anagrama. Traducción de Cecilia Ceriani. Hustvedt es una consagrada novelista e incisiva intelectual estadounidense. De origen noruego, vive en Brooklyn y, como muchos de sus compatriotas (Ford, DeLillo, Roth…), encuadra sus obras en geografías de marcado carácter autobiográfico. Una mujer de 55 años es abandonada por su esposo. Tras un episodio de enajenación transitoria, decide pasar el verano en su pueblo natal de Minnesota. Salvo un bebé, los  hombres  no pisan la escena. Mujeres hay muchas y juntas cubren un largo ciclo vital: de los 3 a los 102 años. ¿Qué  interés  tiene como argumento el adulterio de un marido sesentón después de 30 años de matrimonio? Respuesta: ninguno. ¿Qué hace valiosa esta novela?: altas cotas de introspección y una mordaz elevación intelectual. Porque Hustvedt, como su protagonista, fusiona  « filosofía, ciencia y literatura en un solo aliento ».   Vence la osadía de  colmar el multifacético deseo

I. Thays: Un sueño fugaz

Imagen
Iván Thays: Un sueño fugaz. (Anagrama). Rebusqué y lo encontré: cuerpo lateral derecho, tercer estante inferior, entre Neuman y Baricco: Un sueño fugaz . No sé qué dice un armario librero de su dueño. De lejos, el mío trasluce orden aparente. De cerca, advierto un caos absoluto en su interior. Pienso en sencillas libretas   Moleskine llenas de anotaciones retorcidas. En el botón de retroceso del teclado. En exámenes espléndidos luciendo tachones. Y me obligo a continuar. Dentro de  Un sueño fugaz el éxito y el fracaso son efímeros compadres, vivencias banales, trajes de quita y pon. Un escritor sin nombre se hace viejo. La  gordura y el fracaso son su propiedad más tangible: s u literatura «nunca agarró carne».  El prólogo —confiado, arriesgado, vanguardista— contiene su juventud y sus quince minutos de gloria. Después de ello la vida se derrumba lentamente. «A veces una insignificancia cualquiera nos precipita al abismo de nosotros mismos » . Sospecho que Thays esco

S. Zweig: Novela de ajedrez

Imagen
Stefan Zweig:  Novela de ajedrez. Acantilado. Traducción de Manuel Lobo. Schachnovelle !, descubre mi marido. La leyó para su asignatura de alemán hace más de dos décadas, en esa zona bilingüe y fronteriza donde se crió. Asegura que no tuvo influencia en su vida, pero juega bien al ajedrez y se hizo matemático. Que un libro condicione la existencia es proyección mía,  por supuesto . ¡Un LIBRO!, exclama conmovido el protagonista de esta novela fugaz. Llevaba meses apresado por los nazis, sometido a la tortura de la reclusión e incomunicación absolutas. «Nada en el mundo puede oprimir tanto el corazón del hombre como la nada » . El librito describía partidas de ajedrez. La identidad maltrecha atrapando migajas de cordura. La lógica y el pensamiento estratégico esquivando la desesperación. Novela de ajedrez  posee el refinamiento de una fórmula científica envuelta en el brillo de una sinfonía de Mozart. Zweig embruja aunando facetas. * Agradezco a Estrella Tenorio

H. Koch: La cena & Casa de verano con piscina

Imagen
Herman Koch: Het diner & Zomerhuis met zwembad . Anthos. Koch se atreve. Elegantemente, sin aspavientos, hurga en las entrañas de la sociedad holandesa. Una sociedad que empuja a sus individuos a gravitar en la  normalidad . Una sociedad aparentemente libre gobernada por vanos convencionalismos. De la construcción  impecable de ambas novelas  surge un retrato reconocible y turbador. El verdadero rostro revelado, temido, plausible. La cultura no reprime los instintos que la biología justifica. Frente al ímpetu de los instintos (la supervivencia, la protección de la especie, el deseo sexual), poco pueden hacer la ley, la educación, la inteligencia. Termino de leer sintiéndome un plátano podrido. La normalidad no existe, dentro de Dr. Jeckyll se esconde Mr. Hyde.  Presagio a Mr. Hyde. Mejor salgo de casa. Pasaré la noche en el contenedor de basura (aquí bien cerca). * Publicados en español por Salamandra: La

J.M. Coetzee: La infancia de Jesús

Imagen
John Maxwell Coetzee: De kinderjaren van Jezus . Cossee. Traducción de Peter Bergsma. Coetzee quiso que su última novela se publicara primero en traducción al neerlandés. La historia transcurre en un país hispanohablante indefinido (se mencionan lugares de Chile, Bolivia, Venezuela… incluso de Suecia) al que desde un campo de refugiados llegan Simón, un hombre adulto, y David, un niño de cinco años  a cuya madre biológica ellos buscan. Dos aclaraciones: 1) Coetzee es un escritor al que admiro; poder anticipar la lectura de su nueva obra me pareció una circunstancia dichosa. 2) Suelo redactar estas microcríticas sin leer reseñas previas, guiándome, digamos, por una intuición racional que  evite en lo posible influencias ajenas. Sin embargo esta vez no ha sido así. He leído toda la información disponible ­—en neerlandés, en inglés, incluso en afrikáans— sobre la obra. He leído también Aquí y ahora (Anagrama & Mondadori), buscando en la correspondencia reciente