G. Perec: Un hombre que duerme

Georges Perec: Un hombre que duerme . Impedimenta. Traducción de Mercedes Cebrián. Puedo llorar ocasionalmente con un libro, pero nunca se me habían empañado los ojos leyendo una solapa interior. La infancia de Perec no es para menos: padre y madre exterminados en la Segunda Guerra, él adoptado, luego un poco más de vida y adiós, devorado a los 46 años por un cáncer de pulmón. Escrito en segunda persona, un estudiante de la Sorbona decide expatriarse de su hábitat, limitarse al perímetro de su cuartucho y sus paseos fantasmales por París. La ciudad, su buhardilla, Le Monde, sus Gauloises. Ocupar «un paréntesis venturoso», volverse neutro. Abandonar las máscaras, las etiquetas, los grandes proyectos , el camino recto, el entusiasmo, los requerimientos . Impedimenta, como siempre, nos agasaja. Con literatura de primera clase envuelta en arte misceláneo. Me quedo con un espejo quebrado, con una pared desconchada, con seis calcetines flotando en u...