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P. Porroni: Buena alumna

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Paula Porroni: Buena alumna . Editorial Minúscula. Paula Porroni nació en Buenos Aires y vive en algún lugar de Europa. Buena alumna fue, en 2016, su primera zambullida oficial en la ficción. Cambridge, Inglaterra. Una joven regresa a la ciudad donde cursó Historia del Arte. Hija única, padre muerto, ahorros familiares en mengua. La madre prometió enviarle dinero desde Argentina durante un año más. Como toda madre , aguarda «el tropiezo de su hija». La hija, como toda hija , se propone alejarse de la órbita materna, abrirse camino como sea, progresar. Da Porroni con el tono correcto en esta historia llena de autolaceración y aspereza. Lo hace con un estilo duro, incisivo, que arropa el contenido como guante perfecto: «Quisiera que miles de manos me aniquilaran a golpes. O que me clavaran en el ojo una aguja de tejer». La soledad, el miedo al fracaso y la ausencia de vínculos profundos vertebran el relato y descabezan en la protagonista cualquier indicio de cer...

L. Magrinyà: Estilo rico, estilo pobre

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Luis Magrinyà: Estilo rico, estilo pobre. Debate. Prólogo de José Antonio Pascual. Si algo deja en evidencia Magrinyà en Estilo rico, estilo pobre (2015) es la importancia de revisarnos y que nos revisen. El estilo, ese indefinible ingenio , surge en gran medida del inconsciente. Para evitar resbalones no hay otra salida que la mutua y permanente vigilancia. Nadie está libre de culpa: no hay maestros del idioma, solo afanados. Sin gafas de aumento, sin examen constante, cuesta ver o no se ve. Las lenguas son grandes hervideros, afectados por trasvases crecientes y numerosas inercias. Sin estudio, sin práctica, sin oído o intuición nos esperan el ridículo o el batacazo. Entre el estilo pobre y el estilo rico, debería ser posible transitar con dignidad. Hay que levantar de tanto en tanto los faldones de la mesa de trabajo, calzar las patas, acercar la labor a la ventana y observarla con luz crítica . Estructurado en cuatro partes (Estilo rico, Estilo...

2017: adiós

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Por primera vez lo hago porque por primera vez sucede: las mejores obras de este año no han sido literarias sino cinematográficas, vistas en lugar de leídas. Sin microcrítica de por medio, aquí van esos filmes, que recomiendo vivamente. Pasen muy felices fiestas. Les uns et les autres (1981), de Claude Lelouch. Cinema Paradiso (1988), de Giuseppe Tornatore. 

E. Haffner: Hermanos de sangre

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Ernst Haffner: Hermanos de sangre . Una novela berlinesa. Seix Barral/Booket. Traducción de Fernando Aramburu. Prólogo de Peter Graf. «La figura de Ernst Haffner está envuelta en misterio. Sólo se sabe que fue periodista y trabajador social, y que muy probablemente estuvo en contacto con chicos como los que describe en su novela». Con el ascenso del partido nazi al poder y la llegada de la guerra, el rastro de Haffner se pierde. Un año después de su publicación en 1932, Hermanos de sangre es quemada y prohibida. Transcurren ochenta años hasta que vuelve a editarse. Berlín, invierno, inicios de los años treinta. Cientos de jóvenes callejeros habitan la ciudad, rodeados de frío y de miseria. La lucha por la vida se improvisa cada jornada, con el hambre y la búsqueda de un techo como únicos guías. Viven con las nalgas al aire arropados por la solidaridad de grupo, único cobijo real del que disponen: «A ese Berlín enorme, despiadado, no es posible vencerlo a solas pa...

E. Zamiátin: Nosotros

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Evgueni Zamiátin: Nosotros . Ediciones Akal. Traducción y prólogo de Sergio Hernández-Ranera. « Nosotros es una novela rompedora, como no podía ser de otra manera en un hombre que se hallaba construyendo un rompehielos mientras la escribía», dice Sergio Hernández-Ranera. Un hombre que, según este mismo prologuista, «era un genio». Fue escrita en 1920, aunque desde ningún punto de vista lo parezca. Vio la luz en 1924 en traducción al inglés. Con el fin de desbloquear su carrera literaria, Zamiátin pidió permiso a Stalin para ser expulsado o poder salir de la URSS. En el código penal soviético de entonces, el exilio se encontraba tan solo un escalón por debajo de la pena de muerte. Frente al silencio y la censura literarios, Zamiátin lo consideró más soportable. La autorización para salir de la URSS le fue concedida (su milagrosa carta a Stalin va incluida en esta edición). Zamiátin falleció en París en 1937, en la miseria y sin reconocimiento. Has...

H. Kang: La vegetariana

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  Han Kang: La vegetariana . :Rata_, 2017. Traducción de Sunme Yoon. Prólogo de Gabi Martínez.    Parte de lo leído sobre esta obra no refleja lo hallado en ella. Explicarlo es el objetivo de estas líneas. Sí confieso que acabé el primer capítulo con náuseas crecientes, arrojando una bandeja de pollo —en un intento por perderla de vista— del frigorífico a los cajones del congelador. Reacciones aparte, creo que La vegetariana poco tiene que ver con el rechazo a la ingestión de productos de origen animal. Yeonghye, la protagonista, toma esa decisión por una serie de «sueños» que la asaltan por las noches. No se mencionan ni insinúan en ninguna parte de la novela otros motivos que la lleven a ello. En un lapso de pocos años, extiende su veto al resto de alimentos y deja por completo de comer. «Se podía sentir en ella la fuerza de un árbol silvestre y sin podar». «Era la voz desapasionada de alguien que no pertenecía a ningún lugar...

Cinco años

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Y así, medio a lo tonto, MCL (Microcríticas Literarias) cumplió este mes de octubre cinco años. Allá —¡lejos-cerca!— quedó Dostoievski en su subsuelo . Han sido muchas las sorpresas que este asunto minoritario —que aún no sé bien cómo denominar— ha procurado. Por mi parte, ha habido en él tantas dosis de placer como de esfuerzo. Gracias a todo el público lector. Y gracias también a quienes viven conmigo. Por (con)cederme espacio y tiempo. «la vida nos sujeta porque precisamente no es como la esperábamos». (J. Gil de Biedma)