A. Wagenstein: Lejos de Toledo
Angel Wagenstein: Lejos de Toledo.
Libros del Asteroide, 2010. Traducción de Venceslav Nikólov.
«…y de la locura de los deseos, pecaminosa, pero tan dulce»
(Tercera parte)
H. me invita a seguirle a un encuentro científico, yo acepto y así es como llegamos a Plóvdiv, en la Tracia búlgara, la ciudad de las siete colinas a orillas del Maritsa.
Fundada por Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro Magno), consta como la urbe viva más antigua de Europa. Doce metros de subsuelo lo atestiguan: cada piedra oculta otra piedra. Un trenzado de capas culturales orgullo de sus habitantes: las ruinas de Nebet Tepe, el estadio romano bajo el centro histórico, el teatro a los pies del conservatorio, la mezquita… Excaven y vean.
Es un día despejado proclive a ensoñaciones. La luz suaviza el otoño de los parques y al sur se intuye el espesor de los Ródopes. Enseguida activo mi fiel hábito: dejarme arrastrar por lo que surja. El placer de no saber.
Busco templos, casas armenias y barrios desaparecidos. En mi paseo, tropiezo hasta tres veces con conocidos de Leiden —y nos da la risa—. Busco al “Borrachón”, a Albert y a Araxi, a Kostas el griego y su estudio de fotografía Eternidad. Todos salidos de Lejos de Toledo. Pululando por un mundo que no existe.
«Como en el fondo de las mágicas cubetas llenas de líquido revelador, los instantes del pasado, agazapados en la emulsión, retornaban y cobraban realidad».
Conozco a Jelena, a Ivan, a Vasil, a Alexander. Regreso al hotel algo achispada, al filo de la medianoche, y mis pasos se suman a los de los antiguos habitantes, envueltos en hilazas de un remoto Plóvdiv. La iglesia de San Petka, a lo lejos, irradia lo indiviso que alguien vio un invierno bajo la nieve.
Esta noche necesito sentir el corazón vivo, me digo.
Y lo estuvo.
* Para H. AM & travel mate.
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