F. Werfel: Una letra femenina azul pálido
Franz Werfel: Una letra
femenina azul pálido.
Compactos Anagrama.
Traducción de Juan José del Solar.
Primero me levanto tarde, a las 07.38, sin oír el despertador.
Después me estreno en la Autobahn
alemana y conduzco hasta Hannover tocada por un placer oscuro: la caída de los
límites de velocidad. La caída de
Camus va en el maletero. [Tiempo atrás, la caída nietzscheana dolió].
El copiloto me releva y quedo libre para (re)leer Una letra femenina azul pálido, largo
título de Franz Werfel, marido de Mahler, Alma, coetáneo de Brod y Kafka y perteneciente,
como ellos, a la comunidad judía de habla alemana de Praga, ciudad que pisaré en unas horas.
Me pregunto qué hallaré en esta obra leída hace dieciséis años. No
hay destino pero sí cúmulos de casualidades. Ya no me siento junto a quien
entonces amaba. Anoto rápido sobre una hoja suelta: «Superposición frente a sustitución.
Sustituciones: asesinatos artificiales de la vida y la memoria, asfixiantes, represivas.
Superposiciones: problemáticas convivencias forzosas, puertas semicerradas,
dolor/amor permanente. Existir: logro imperfecto».
Otoño de 1936. Leónidas, alto funcionario vienés, recibe, en la
cima de su bienestar y de su éxito, una carta de Vera, antigua amante con quien
—así parece tratar de convencerse— vivió un lance significativo. El recuerdo de
su desliz matrimonial y, en especial, el cálculo de sus posibles consecuencias,
perturba su sueño perfecto y redondo «en su gran cama de estilo francés». Leónidas,
de origen humilde, se había salvado del abismo «por obra de la inescrutable
injusticia».
En una sola jornada se resuelve la trama: su cobardía
acomodaticia, el hijo, el nazismo. «Sabe que ese día le llegó una oferta de
salvación, articulada a media voz como todas las ofertas de este tipo. Sabe que
no se mostró digno de ella. Y sabe también que jamás le será presentada una
nueva».
Una pequeña novela rojo intenso.
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