E. Hilsenrath: Fuck America
Edgar Hilsenrath: Fuck
America.
Errata naturae, 2010.
Traducción de Iván de los Ríos.
Nacemos y aquí estamos, en «el matadero al que llamamos “La Tierra”».
Algunas
microcríticas se maceran lento y otras se expectoran como denso escupitajo.
Hilsenrath nació en
Leipzig (como Leibniz, como Wagner), e igual que Jakob Bronsky —el protagonista
de Fuck Am… que escribe en Nueva
York su novela EL PAJILLERO—, sobrevivió al holocausto. Llegó a los Estados Unidos en 1951. No todos los testigos de la Segunda Guerra Mundial han desaparecido. Hoy reside en
Berlín*.
«Noviembre de 1938.
Estimado Cónsul General: Ayer comenzaron a arder nuestras sinagogas. Los nazis
han demolido mi negocio, vaciado mi escritorio, expulsado a mis hijos del
colegio, prendido fuego a mi casa, violado a mi mujer, confiscado mis bienes y
bloqueado mi cuenta bancaria. Es necesario que salgamos del país. La situación
empeora por momentos. ¿Podría usted conseguirnos visados de residencia en los
Estados Unidos de América en el plazo máximo de tres días? Le saluda
atentamente, Nathan Bronsky».
Leer a Hilsenrath paraliza. Remoja el texto en sarcasmo y teje dispares realidades (como en Agota
Kristof). La experiencia del horror no se relata hasta el final. Al
principio, nos deja ver América, ese lugar de inalcanzables mujeres donde «se triunfa
sin escrúpulos y se cree en el buen Dios».
A finales del siglo
pasado, en un pueblo al sur de Suecia, una mujer joven transformaba el jardín
de su casa en un enorme huerto. ¿Para qué?, pregunté. Para poder comer en caso
de guerra. En estos tiempos de crisis, radicalización de posturas y mayoritaria
abstención/indiferencia, ¿no se escuchan ya tambores bélicos?
La historia es un accidente de aviación tras otro: normalidad hasta que es demasiado tarde, incredulidad hasta que estalla la tragedia.
«He aceptado el
trabajo. Me he dicho: ¡Bronsky! Tres semanas es mucho tiempo. Pero tienes que
aguantar. Vas a ahorrar un huevo. Y después podrás volver a escribir en paz».
Tengo conmigo otra obra de Hilsenrath, El nazi y el peluquero. Me pregunto si las preocupaciones banales (escribir, comer, gozar de un poco de sexo) sonarán con igual música que en Fuck America.
Tengo conmigo otra obra de Hilsenrath, El nazi y el peluquero. Me pregunto si las preocupaciones banales (escribir, comer, gozar de un poco de sexo) sonarán con igual música que en Fuck America.
* Dato actualizado: el autor falleció en diciembre de 2018.
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