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Mostrando entradas de 2024

V. León: Flores de fuego

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  Victoria León: Flores de fuego. Fundación José Manuel Lara, 2023.   «Mientras llega la noche, el rojo anaranjado de las nubes y el hipnótico vuelo de los pájaros son toda nuestra historia».   El 10 de marzo hará un año de la primera impresión de este poemario. Con Virgilio y Goethe convocando al lector, la vida como noche y la palabra como luz efímera . Cuatro partes al arrullo —bien mecido— de la trascendencia y el frecuente endecasílabo.   Arde el misterio del fuego y del dolor. Escribimos como intento de llegar a la grieta silenciosa: donde lo real no pudo. Para trascender el suceso y amparar la memoria.   León condensa abismos a brochazos: «Fue la vida aquel golpe, y, por dentro, aquel frío».   O constata que: «No hay fondo en el dolor. No comprendo por qué trataba de encontrarlo».   Frente a la fisura del fin, el recuerdo se inunda de melancolía: «Ya sabemos mirarnos sin perturbar el orden ni desatar torme

I. Bono: Me muero

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  Isabel Bono: Me muero. Bartleby Editores, 2021. Prólogo de Juan Marqués.   De-to-na-ción. Los títulos de Me muero siguen fielmente el alfabeto con excepción de la b, j, k, o, w, z. Podríamos agitar todas las letras y lanzarlas por los aires de la fatalidad . Podríamos rodar por un desagüe, sellar heridas con fuego, expulsar agua sucia. Tomar un vaso de leche y «volar con una piedra atada al cuello». O también podríamos no hacer nada, solo morir, mientras contemplamos   pájaros, árboles, grúas, trenes, charcos, palmeras, insomnios, ciudades, insectos.    «Yo creía que el dolor / alimentaba / y que siempre me sabría a poco».   Todo se pierde y se gasta. Y de ahí la prisa, el temor, las preguntas. Porque: «¿y si no hay dolor? / ¿y si no hay siquiera dolor?».   En la poesía de Bono nada es irreconciliable, ni permanece intacto, ni se presenta entero. De su viaje interior se sale contrahecha, pero ella, en contradicción aparente, no se desprende de la luz

P. Gutiérrez: La tercera clase

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Pablo Gutiérrez: La tercera clase. La Navaja Suiza, 2023.   «Lo que ocurrió a la niña Valme va de un río, un pueblo orillado y una colmena donde los muchachos se apilan sin propósito».   Año 2023. Pablo Gutiérrez publica otra novela impetuosa, viajando desde el Londres de sus Cabezas cortadas (2018) al municipio imaginario de La Broa, una grieta de mar y de abandono en un supuesto trozo de costa gaditana.   El paisaje es la marisma, las torres. El cohesivo, el narco y el hachís. «A la aldea la llamarán La Broa porque en la boca del río hay escollos de gran peligro». Un nombre-bramido, devorador de las almas de sus habitantes.   Novela coral, generosa en voces que se anudan sin tocarse. Recuerdan —rehacen— el caso de la niña Valme, del grupo de tercero, del bloque número 3. Un número sin suerte con un siniestro canto.   «Para los chicos de la tercera clase, ya todo estaba perdido, tenían quince años y eran demasiado viejos». El accidente lingü