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Mostrando las entradas etiquetadas como Chile

Perfiles de escritoras: Andrea Jeftanovic

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P. Cerda: Violeta y Nicanor

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Dos hermanos y un país de fondo Recibí esta novela (postal dedicada incluida) hace algo más de un año desde Berlín. Me la envió su autora, Patricia Cerda, chilena de nacimiento y residente en Alemania desde los doce años. Como el de tantos otros autores, su nombre era nuevo para mí. Confieso que empecé a leer con una desconfianza que aún no sé a ciencia cierta de dónde procedía. ¿Una seguridad excesiva en los breves correos que cruzamos? ¿Una personalidad calculadora? Elucubraciones sin mucho sentido. Al final de este texto encontrarán un intento de respuesta. Por aquellas fechas, además, me hallaba supervisando el trabajo de literatura de una alumna chilena para quien Nicanor Parra era lectura prescrita. Junto con el fallecimiento del poeta en enero de ese mismo año (hablamos de 2018), la llegada del libro me pareció una amable coincidencia. Quiero empezar por subrayar que las cuatrocientas cuarenta y ocho páginas de Violeta y Nicanor no parecen ...

N. Parra: Poemas y antipoemas

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Nicanor Parra: Poemas y antipoemas . Ediciones Cátedra, Letras Hispánicas. Edición de René de Costa. Ciento tres años de vida —y una muerte el pasado 23 de enero— dieron para comentar casi todo lo que se puede comentar sobre la obra de Nicanor Parra.  No hablaré por tanto de sus Poemas y antipoemas , a los que cualquiera puede acercarse con un poco de tiempo y curiosidad (9,65 euros en la confiable Cátedra). Me acuerdo entretanto de una estrofa que uno de mis tíos me recitaba de niña. Un poema absurdo que aprendí de memoria y que a veces me repetía yo sola para que me entrara la risa. Descubro que proviene de una jota «de humor y sin rima» , pero yo lo registro ahora como antipoema verdadero : Debajo del puente tengo escondido un melón si me guardas el secreto te daré una tajada. «...la vida no tiene sentido», dice Parra, y estoy de acuerdo. Sin embargo, es verano en Holanda, no tengo ganas de líos, y la nevera rebosa de fruta fresca. * A...

H. Peeters: Malva

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Hagar Peeters: Malva . De Bezijge Bij. «Me llamo Malva Marina Trinidad del Carmen Reyes, para mis amigos de aquí Malvita; Malva para todos los demás. Puedo asegurar por supuesto que ese nombre no lo concebí yo. Lo hizo mi padre. Lo conoces, el gran poeta. Igual que titulaba sus poemas y poemarios, así me dio a mí un nombre. Pero nunca lo pronunció en público. Mi vida eterna empezó después de mi muerte en 1943 en Gouda. Mi entierro congregó a un puñado de gente. Muy diferente del funeral de mi padre, treinta años más tarde en Santiago de Chile».* Así comienza la narración de Malva (2015), primera y aclamada novela de la poeta neerlandesa Hagar Peeters. Malva Marina nació en Madrid en 1934 y murió a los ocho años en los Países Bajos. Fue hija de Pablo Neruda, única y legítima, fruto de su matrimonio con Maria Hagenaar Vogelzang — alias, Maruca —, a quien conoció en Java. Neruda y Maria Hagenaar La niña padecía hidrocefalia. Mientras Lorca le ofrece sus “ Versos en el...

G. Maier: Material rodante

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Gonzalo Maier: Material rodante. Minúscula. «Quizá no haya literatura más fantástica que la publicada por Lonely Planet». Describir un país es siempre un acto políticamente incorrecto e irremediablemente alejado de la ciencia. Si asumimos que cada humano, en función de su ángulo de enfoque, se forja representaciones distintas, el número de visiones de un determinado lugar integrará un infinito imposible de objetivar. Gonzalo Maier, escritor chileno residente en los Países Bajos, instala su central de reflexión y observaciones en un tren de trayecto invariable: Nimega-Lovaina (y a la inversa). Curtido en filosofía, historia(s) y literatura, entre sus anécdotas y materiales tangibles encontramos a autores como Brodsky, Nooteboom, Jouhandeau , Thoreau, Levrero, Barthes, Hazlitt, Arendt, Lemus, Verne, Baudelaire, Beckett o Perec . Lo mejor de esta obra son, sin embargo, las digresiones del propio Maier, que, según él mismo afirma, «no son sobre trenes sino sobre viaj...

A. Jeftanovic: No aceptes caramelos de extraños

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Andrea Jeftanovic: No aceptes caramelos de extraños. Editorial Comba. Colección Narrativa. «¿De qué se ríen los vecinos?,  ¿acaso no sienten el viento golpear el patio como un perro encadenado?». No aceptes caramelos de extraños reúne once relatos invadidos por la misma fuerza y libertad narrativas que Jeftanovic desplegara ya en Escenario de guerra . Sin arresto, sin talento y sin un perfecto dominio del oficio, escribir resulta un fracaso. Jeftanovic lo posee todo. No. No. No pisemos lo convencional.  Desplacémonos a otra tarima.  «Yo no le he hecho mal a nadie para soportar el relato de vidas minúsculas».  Profanemos el paraje del instinto y lo cercano porque aquí —sí, aquí, aquí— sobran pesadillas. Crucen la puerta el error, la muerte, el sexo, el crimen y el incesto. Ah, pertenecemos a la llamada especie humana. Se nos cobra caro «el alquiler del mundo que habitamos». Personajes vivos, textos que   punzan duro. Citas ajenas al inicio y, ...

A. Jeftanovic: Escenario de guerra

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Andrea Jeftanovic: Escenario de guerra . Ediciones Baladí. Novela en tres actos. Símil de un teatro. Espectadores callados. Un telón que levanta y baja su peso. Leo sin tregua, aturdida por una nube de belleza cristalina y letal. Supervivencia. Vidas quebradas. Geometría torcida. Interiores punzados. Madre. Padre. Hermanos. Figuras clave que todo lo son. Lenguaje poético y conciso. Frases cortas que se expulsan sujetando el respiro. Rascar paredes y con el desconchado levantar una obra maestra. Tensar palabras y dispararlas lejos. Desecar lágrimas y extraer un saco de sal. Así es la escritura de Jeftanovic, «un grito en la hoja», en Escenario de guerra . «Mi deseo es un borde áspero». Fue su primera novela. «Estamos rodeados de restos y fragmentos». Literatura sublime. « Yo también estoy viviendo mi propia guerra». El corazón se me acelera. «Corrí, corrí y los pies se me llenaron de gritos». Dónde leer pronto todo lo demás. 

P. Donoso: Correr el tupido velo

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Pilar Donoso: Correr el tupido velo. Alfaguara. «Escribir este libro tuvo grandes consecuencias para mí, pérdidas irreparables y, seguramente, habrá más». Estamos en la dedicatoria. Así comienza Pilar Donoso la biografía de su padre, José (1924-1996). La publicó en 2010. Un año más tarde Pilar yacía sin vida en su apartamento. Según la prensa, su muerte fue «producto de una ingesta de remedios». La publicación de esta obra trajo consigo el divorcio, el alejamiento de sus hijos, el suicidio. Qué motivó proyecto de tan alto precio: probablemente, el afán de construirse y de saber. Pilar nació en Madrid en 1967 y fue adoptada a los 3 meses por un matrimonio chileno. Padre: escritor total. Madre: esposa de escritor total, con tendencias depresivas y recurrente alcoholismo. Ambos dejaron testimonio de la complejidad de sus personalidades en cuadernos y diarios, que Pilar utiliza como  materia prima  de investigación. La hija se mantiene al margen. H...