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Balance 2018

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Comencé el año con El papel pintado de amarillo , de Charlotte Perkins Gilman y lo termino con Cálculo de estructuras , de Joan Margarit. En medio, noventa libros leídos, algunos de ellos microcriticados y otros muchos a la espera de su juicio, que a ciencia cierta jamás sé si llegará. Solo en dos ocasiones (en 2014 y en 2016 ) publiqué “listas de mejores lecturas”. Tampoco este año caerá ese higo. Sí la breva, sin embargo, de un par de atragantados: títulos cuyos prólogos —en alguno de los casos— me parecieron superiores a su contenido, y cuya lectura, a mi pesar, terminé llevando a cabo a saltos. Fueron estos: Lolita , de V. Nabokov. Tiempo de silencio , de L. Martín-Santos. Deseo que venga el diablo , de M. MacLane. Divorcio en el aire , de G. Torné. Y un Agatha Christie al que me acerqué ingenuamente con vieja nostalgia. Nunca más. Feliz Año.  «Cuando hablan de destino o providencia, lo que los clásicos quieren decir es que, cuando el aza...

L.H. Vincent: El bibliótafo

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Leon H. Vincent: El bibliótafo. Un coleccionista de libros.   Periférica. Traducción de Ángeles de los Santos. Bibliótafo (o bibliómano): coleccionista (y amante impetuoso) de libros. Ciento doce páginas contienen la historia de un hombre innominado —el bibliótafo— trazada sin orden aparente, en movimiento perpetuo como su personaje principal. Sobre un tablado de humor y agudeza, proliferan preguntas y placer lector. ¿De quién proviene la voz narradora? ¿Cómo sabe el cronista tanto del bibliótafo? ¿Se trata de uno de sus compañeros cazalibros o estamos ante la vida del respetable Richard Heber, mencionado al principio de la obra? No hay modo de saberlo. El bibliótafo bien pudo ser humo. No importa. Biblioteca, bibliofilia, bibliografía, bibliomancia, bibliomanía, biblio(in)útil, biblioafección. El bibliótafo, publicado en 1898, es un relato sagaz e hilarante. Con cada paso de página aumenta el deseo de convertirse en su protagonista. O, al menos, de solazarse en su...

F. Dostoievski: Memorias del subsuelo

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Fiódor Dostoievski: Memorias del subsuelo . Cátedra, Letras Universales, edición y traducción de Bela Martinova. Si Gregor Samsa acepta sin comprender nada, este hombre cucaracha sabe más y algo sí entiende. Desde su alma lastimosa se hace grandes preguntas: ¿Y por qué no echamos abajo esa cordura, para que podamos vivir conforme a nuestra absurda voluntad? O: ¿De dónde sacan los sabios que el ser humano necesita ser virtuoso? O: ¿Cómo se puede desear algo conforme a logaritmos o tablas matemáticas? No importa cuánto se eleve o exalte elucubrando, su torpeza y mala suerte lo devuelven invariablemente a las profundidades. Y en ese subsuelo oscuro, ¿de qué sirven las preguntas? Nos pesa ser de carne y hueso, dice. Hemos llegado a tomar la vida por un trabajo, dice. Nos persuadimos de que es mejor vivir conforme a los libros, dice. Pronto inventaremos la manera de nacer de las ideas, dice. Y a golpe de pensamiento y realidades sobrevive el infeliz; atora...