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Mostrando las entradas etiquetadas como relatos

T. Olson: Dime una adivinanza

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  Memento mori   Llevaba varias semanas sin abrir un libro de cuentos, en concreto desde la última incursión fallida frente a la Historia universal de Ali Smith .   Dime una adivinanza es el segundo título de Las afueras que pasa por mis manos. La editorial echó a rodar con exquisito gusto en 2017. No es justo comparar obras, pero la lectura previa de Como si existiese el perdón , de la argentina Mariana Travaccio (que recomiendo con entusiasmo) colocó un alto listón.   Tillie Olsen nació en Estados Unidos en 1912. Hija de activistas políticos rusos, destacó por su participación en el movimiento feminista y por dar voz, política y literariamente, a la clase obrera norteamericana. Falleció en 2007.   Entre sus obras, destacan Yonnondio: From the Thirties , novela iniciada en los años treinta y no publicada hasta 1974, el ensayo Silences (1978) o Dime una adivinanza (1961), volumen con «cuatro historias co...

E. Roca Barea: 6 relatos ejemplares 6

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Ópticas «Ninguno ve el mundo más allá de su propia ciénaga». No he leído, aunque me gustaría, Imperiofobia y leyenda negra , de María Elvira Roca Barea , la autora que hoy aquí nos trae, y que Siruela publicó en 2016. Tampoco Fracasología , el ensayo más reciente de esta misma autora, galardonado con el Premio Espasa 2019. Siento escasas simpatías hacia Lutero (a la biografía sobre Erasmo de Stefan Zweig les remito), y cualquiera que haya leído Historia y verdad de Adam Schaff sabe cuán difícil resulta integrar y examinar, con mínimo rigor, las distintas voces en torno a un asunto. Roca Barea, licenciada en Filologías Clásica e Hispánica y doctora en este campo por la Universidad de Málaga, ha destacado durante los últimos años como articulista, conferenciante e investigadora. Muchos ojos críticos se le han echado encima, cosa que ella seguramente presagiaba, pues toda nueva luz arrojada sobre tierra firme escuece. Polémicas aparte, y aunque inspirado...

E. Pardo Bazán: Cuentos trágicos

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Los cuentos de doña Emilia La primera pregunta que me hago es cómo marcar un libro de páginas negras. Me llevó a comprarlo la atracción fatal: qué mejor acompañante que un pigmento aciago para los cuentos trágicos de doña Emilia. Pardo Bazán (1851-1921) escribió más de quinientas narraciones cortas, siendo este su último volumen de relatos publicado en vida. Veintisiete textos de igualada extensión imbuidos de cierto terror, hado y romanticismo. «Mi impresión fue violenta, honda; difícilmente sabría definirla, porque creo que hay sobradas cosas fuera de todo análisis racional». «Hay en la vida cosas así, que nadie logra nunca poner en claro, aunque las vea muy de cerca y tenga, al parecer, los medios para enterarse». La fuerza del destino establece el tono basal de cada historia. El azar espera en una esquina silenciosa, y salta y muerde yugulares sin distinción de tegumento. Nada vuelve a ser lo mismo después de ese paso en falso o ese hecho inesperado. Ni siquie...

E. Halfon: Clases de Chapín

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  * Este texto se publicó el 10/10/2018 en la revista Estado Crítico:  http://www.criticoestado.es/el-que-cambia-de-vida/   El que cambia de vida De algunos libros cuesta alejarse. Se instalan en algún lugar del cuerpo y fisuran el inconsciente. Cerrarlos equivale a perder un trozo de pulmón o de retina, a quedarnos sin el ojo que escudriñó el mundo o el aire que por un tiempo inhalamos. Aire que ni por todos tus muertos desea salir. Ingeniero de formación, Eduardo Halfon empezó a leer tarde y a escribir más tarde todavía. Sus obras se reparten entre varias editoriales, reflejo quizá de su diáspora vital. En Oh gueto mi amor , el protagonista aventura un significado para su apellido: « a quel que cambia de vida ». Saturno (reeditada cuidadosamente en 2018 por Jekyll & Jill) fue el primer planeta de un sistema intuitivo de cuerpos conectados. Una galaxia en permanente crecimiento protagonizada frecuentemente por Halfon —otro Halfon—; cuesti...

A. Kristof: No importa

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Agota Kristof: No importa. El Aleph Editores. Traducción de Julieta Carmona Lombardo. «Afuera, en el exterior, no había nada. Gritos, estrellas, y nada más.   Y todo aquello era descolorido como una bofetada». Para conseguir estos cuentos tuve que hacerme socia de una biblioteca en mi lejana ciudad natal y desplazarme a un pueblo de sus alrededores. —Busco No importa , de Agota Kristof. No lo encuentro en la sala. ¿Lo tienen? —Sí que está. Pero hay que bajarlo del parnaso. —¿Del parnaso? —Del piso superior. Ahora se lo traigo. Escribir sobre esta autora resulta más fácil que muchas otras cosas, como por ejemplo, conducir o educar hijos. No importa reúne veintiséis relatos de Kristof (1935-2011). Fueron publicados por El Aleph en 2008 y no han vuelto a editarse, lo cual es una lástima. Kristof, invariablemente, parece divertirse. En sus páginas todo está permitido. El lector se expone —desde el inicio y como en la vida— a la posibilidad...

H. G. Navarro: La vuelta al día

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Hipólito G. Navarro: La vuelta al día. Páginas de Espuma. Prólogo del autor.   Hay veces en las que una no quisiera escribir texto alguno sobre libro ninguno sino abrazar a su autor, como es el caso; y expresar, con una mirada, aquello que tan torpemente adquiere forma de palabras. Cada mochuelo a su olivo, cada pájaro a su nido, cada sardina a su mar. En el frío del invierno, me arrimé a este braserillo —de páginas de picón—. Con un mantón claro avivé su fuego. De su lumbre escaparon paisajes, héroes, glorias y memorias . También alguna intrépida «nota azul». Se escribe desde lo que se es, desde donde se está, con lo que se tiene. Que la literatura encuentre luego su puente. M áscara sin máscaras, La vuelta al día es brasero, camilla y faldón. Escribir es jugar con las piedras (y peñas) del camino. Voltearlas. Empujarlas. Asestarles pequeños puntapiés. Salvo para unos pocos, no hay pureza ni virginidad en el acto creativo. Una primera vez no se ...

J. Egan: Ciudad Esmeralda

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Jennifer Egan: Ciudad Esmeralda. Minúscula. Traducción de Carles Andreu. Atrapar es un verbo antiliteratura: cuando un libro resta libertad —defínala cada cual— no es una buena obra. Y sin embargo, de algunas obras se prefiere no salir. Es el caso de Ciudad Esmeralda , de la norteamericana Jennifer Egan, once relatos construidos con el capital y las aristas de la vida de hoy, parca en dioses y certezas. El desapego, la soledad, el paso del tiempo, la vaguedad volátil del deseo son parte del adobe de esta urbe que cambia de piel como cambia de nombre. Cada pieza de la existencia —no importa que sea el amor, la identidad, la suerte o el dinero— pende de un hilo bajo el que aguarda la esperanza de lo efímero, de un presente que podamos recordar, de vínculos que ahuyenten el vacío. Egan es una astuta narradora y, sus diálogos, oro puro. Parejas, padres, hijos, amigos, colegas, perfectos desconocidos… Si algo caracteriza a sus personajes, es la complejidad de sus r...