Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como México

M. Lowry: Bajo el volcán

Imagen
Malcolm Lowry: Bajo el volcán. Tusquets Editores, 2009. Traducción de Raúl Ortiz y Ortiz.         Era un título pendiente desde hacía años. Atravesarlo ha resultado una experiencia lenta, densa, mareante, por momentos alucinógena, en concordancia con los tumbos de un alcohólico —el excónsul británico Geoffrey Firmin— frente a su desdicha.   Lowry dedicó a Bajo el volcán (1947) una década de su igualmente alcohólica vida. En el prólogo nos cuenta que quiso «escribir al fin la auténtica historia de un borracho». La última incursión literaria parecida que recuerdo fue La pecera , de Juan Gracia Armendáriz.   México, 1938, Día de los Muertos. Una sola jornada de delirio y autodestrucción en Quauhnáhuac (Cuernavaca), con los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl de fondo. Firmin, un hombre culto, recibe la visita de su exmujer Yvonne y de su hermanastro. El amor —en toda su crudeza, con todo su dolor— no es suficiente para sepa...

G. Arriaga: Salvar el fuego

Imagen
  Cuando el fuego nos salva   Que gran parte de Europa —en especial la del norte— lleva tiempo muerta, no me parece una teoría sino más bien un hecho. Adormecidas, materialistas, avejentadas, algunas franjas del mundo revientan de sopor, encerradas en el individualismo que nos va barriendo. Estabilidad, seguridad. Que nada nos transforme. El documental The Swedish Theory of Love (2015) o el más reciente filme Another round (2020) vienen a hablarnos de ese margen: el del tedio absoluto. Aquel donde experimentamos dimensiones inimaginables del aburrimiento, empujados por sistemas que nos protegen de todo peligro.   La historia que nos trae Guillermo Arriaga en Salvar el fuego es, por suerte, otra. Cinefilias aparte, es su primera novela en mis manos. Ganadora del Premio Alfaguara 2020, la pandemia quizá se le echó encima. No importa: esta obra corre con firme zancada, abrazando farallones como sus protagonistas.   Pulsión, precipicios, b...

Y. Herrera: La transmigración de los cuerpos

Imagen
    Yuri Herrera: La transmigración de los cuerpos . Periférica. Vuelvo a Yuri Herrera, a ésta su última novela, como quien regresa a un amante prodigioso. Porque sí: su escritura hace palpable el idioma, lo transmuta, lo somete a procesos de aceleración celular en la probeta de su particular laboratorio. El resultado suena a lo que no existe, a frontera, a elevación espiritual y pulposa de la carne, a terreno inalcanzable para los humanos. Leer a Herrera es sentir un cosquilleo progresivo en la nuca. Terminar con la cabeza taladrada. Asomarse al borde del barranco. En algún momento alguien nos empuja y plaf, nos vamos al carajo. Les dejo la primera frase para que, como el Alfaqueque cuando se entrega a la Tres Veces Rubia, deseen tener a mano un condón que les evite desparramarse por completo:  «Lo despertó una sed lépera, se levantó y fue a servirse agua pero el garrafón estaba seco y del grifo escurría nomás un hilo de aire mojado.» ...

Y. Herrera: Trabajos del reino & Señales que precederán al fin del mundo

Imagen
  Yuri Herrera:  Trabajos del reino & Señales que precederán al fin del mundo .  Periférica . Estas obras me dejaron muda y aturdida, enfrentada a una jerga extraña, a un habla que no sé articular. Cada página es pura biología: respiraciones cortadas, borbotones de sangre, aromas a entrañas, instintos contenidos. Terminas con la vista nublada, como lamiéndote heridas, sin saber a ciencia cierta qué pasó, por dónde anduviste, cómo acabó todo, si acaso lo soñaste. Yuri Herrera ara la piel, aguijonea el aire. Abre grietas, callejones sin salida por los que escaparse un rato para enseguida volver al hilo flojo de  la vida. Callejones de México transitados por la muerte y el peligro. Por seres a  los que no conocemos pero que nos gustaría amparar.  Dos novelas deslumbrantes.