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M. Lowry: Bajo el volcán

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Malcolm Lowry: Bajo el volcán. Tusquets Editores, 2009. Traducción de Raúl Ortiz y Ortiz.         Era un título pendiente desde hacía años. Atravesarlo ha resultado una experiencia lenta, densa, mareante, por momentos alucinógena, en concordancia con los tumbos de un alcohólico —el excónsul británico Geoffrey Firmin— frente a su desdicha.   Lowry dedicó a Bajo el volcán (1947) una década de su igualmente alcohólica vida. En el prólogo nos cuenta que quiso «escribir al fin la auténtica historia de un borracho». La última incursión literaria parecida que recuerdo fue La pecera , de Juan Gracia Armendáriz.   México, 1938, Día de los Muertos. Una sola jornada de delirio y autodestrucción en Quauhnáhuac (Cuernavaca), con los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl de fondo. Firmin, un hombre culto, recibe la visita de su exmujer Yvonne y de su hermanastro. El amor —en toda su crudeza, con todo su dolor— no es suficiente para sepa...

M. Mayoral: La única mujer en el mundo

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Marina Mayoral: La única mujer en el mundo. Edhasa, 2019. Tejidos por el deseo «Ahora tengo todo lo que deseo, más de lo que nunca me atreví a desear. Y no tengo miedo a perderlo». Recuerdo a Marina Mayoral igual que recuerdo mi cuerpo, mi cuerpo y sus ansias, a los veinte años, cuando comencé a leerla, sumergiéndome en su literatura con ardor parejo al de quien se baña en el Jordán. Eran otros tiempos, a finales del siglo anterior, con menos vidas vividas, con menos deseos colmados, y un horizonte joven, ingenuo, en el que ni la imaginación más desatada podía, ni por asomo, presentir el futuro. Marina Mayoral hablaba y escribía con serenidad, desde un pazo sabio, sensual, bellísimo, sensible. Desde un estado reconocedor de nuestras constantes vitales , esas que tan dignamente traicionan los asideros de nuestra materia, por suerte para todos. En La única mujer en el mundo , la autora, nacida en Mondoñedo (Galicia), vuelve a Brétema, lugar perenne de sus n...

M. Waltari: La gran ilusión

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Mika Waltari: La gran ilusión. Gallo Nero. Traducción de Luisa Gutiérrez. «¡Ojalá pudiéramos saber cuánto dolor se oculta bajo todos los rostros sonrientes!». Regresar a Waltari me ha hecho feliz . Desde el monumental Sinuhé, el egipcio , no lo visitaba. Él a mí, sin embargo, sí: muchas de las tribulaciones del imperfecto buen Sinuhé siguen conmigo. La literatura —cuando lo es— remuerde la memoria. Mika Waltari (Helsinki, 1908-1979) fue uno de los mayores escritores de su tiempo, y uno de los autores finlandeses más prolíficos. La gran ilusión fue su primera novela (el primero de sus viajes ). Waltari solo tenía diecinueve años. Entre París y Helsinki, dos hombres y una mujer componen un triángulo de fuegos y renuncias sustentado por el dolor real de la vida . Son los años veinte, con su bohemia, sus adicciones y su horadado optimismo. El tango, la juventud, los comienzos del cine; Waltar i es testigo fiel de un tiempo pródigo en ilusiones. «¿No es maravi...

F. Dostoyevski: Noches blancas, El pequeño héroe, Un episodio vergonzoso

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Fiódor Dostoyevski: Noches blancas , El pequeño héroe , Un episodio vergonzoso .  Alianza. Traducción y nota preliminar de Juan López-Morillas. Tres relatos del primer Dostoyevski, el genio que aún no ha pisado Siberia. Diez años de posterior exilio lo transforman en un genio todavía mayor. Las más de las veces, sin embargo, uno no se va a las Antípodas: cambian ¿ solo?  el grosor y la largura de la cuerda. Releo cartas de la época del Gran Amor. Las recorren un ofuscado romanticismo y un vano entusiasmo por la vida [RAE, Vano: 1.  Falto de realidad, sustancia o entidad ]. Qué lejos me siento de ambos. Juventudes. Cortas vidas. El influjo excesivo de lo exterior. Con todo, esa también fui yo. Convivir con Dostoyevski no pudo ser fácil. Quienes sufren en la niñez están destinados (pero yo no creo en el destino) a autoinmolarse, a maltratar a otros, a cauterizar sus miedos y pesadillas a través del arte. Los Dostoyevskis pre y pos siberianos tenían po...

I. Thays: Un lugar llamado Oreja de Perro

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Iván Thays: Un lugar llamado Oreja de Perro .  Anagrama. Un periodista frente a las aburridas palabras. Un pueblo perdido y golpeado. Un hijo muerto. El dolor abierto de una separación. Escribo con la garganta apretada.  Dónde ubicar las decisiones absurdas que tomamos.  De algún sitio remoto viene la mudez.  El desamor sin desamor nos lleva a l limbo de los muertos.   Romper por carta.   Romper a distancia.  Decir, hacer.  No saber qué.   Al fondo: el  penoso final, la nada punzante.  No volver a enfrentarte, no volverte a ver. Un lugar llamado Oreja...  es una obra   sobre el peso de la perra vida, ese  rottweiler que cae sobre los hombros.  Escenas impregnadas de llovizna.  Palas de tierra sobre un cadáver ya enterrado.  Tristeza dentro de la tristeza,  «un naufragio dentro de otro». L loras cuando te exprimen (cual esponja); pero cuando nada te estruja no derramas gota. ...

J. Conrad: El corazón de las tinieblas

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Joseph Conrad: El corazón de las tinieblas . Alianza Editorial. Traducción de Araceli García Ríos e Isabel Sánchez Araujo.  Él (otro él) me regaló El agente secreto hace años. Lo empecé, me atasqué, lo abandoné: el tacto de sus páginas me resultó áspero, la mujer de la portada excesivamente trágica. Tonterías de este corte marcan nuestro paso por el mundo. El sofá, tu llamada. Ese tren. Esa alfombra. El corazón de las tinieblas ha sido mil veces reseñado pero su autor es nuevo para mí. Conrad eligió el inglés —aprendido tras el polaco, el ruso y el francés— como lengua literaria, y aseveró que de otro modo jamás hubiera escrito. Toda lengua ajena es una puerta hacia lo desconocido, un machete que permite reinventarse y abrir luz en nuevas aguas. Admito que me convence más el título original: Heart of Darkness . El sustantivo liberado del artículo (envidia de las lenguas latinas) gana peso y recoge lo que esta novela es: la marcha ciega por la...