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Mostrando entradas de 2025

A. Camilleri: El comisario Montalbano

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  Andrea Camilleri: El comisario Montalbano. Salamandra. Traducciones de Antonia Menini Pagès y Carlos Mayor Ortega.   Siempre quise dedicar un texto a Montalbano, o a Camilleri, pero solo este año fui a Sicilia, donde comí pescado en Punta Secca, frente al supuesto mar de Marinella.   Es febrero y el verdor inunda el horizonte. A ambos lados del camino, limoneros y naranjos rendidos de fruto. Viajo de Oeste a Este con tres libros del comisario, y pienso en la literatura como intensificador de la existencia.   De haber sido hombre, me habría sentido cómoda en la piel de  Salvo Montalbano . Friolero, intuitivo, solitario..., el jefe de la comisaría de Vigàta ama la lectura, la buena comida y la proximidad del mar. Con Livia, su novia, mantiene un profuso contacto telefónico . De noche, y a veces ya de mañana, le agitan pesadillas que Camilleri sabe integrar en el caso sin aburrir al lector. Conmueve del comisario su compasión hacia los defectos h...

M. Tsvietáieva: Diarios de la Revolución de 1917

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Marina Tsvietáieva: Diarios de la Revolución de 1917 . Acantilado, 2015. Traducción de Selma Ancira.   «Y es tan fuerte en mí la atracción por toda valentía solitaria…».   Habría sido más oportuno hablar de esta obra en 2017, pero en Tsvietáieva (1892-1941), la única revolución que cuenta es la ocurrida de manera fija en su interior.   Fue poeta de primera fila, autora de memorias, teatro, inmortal correspondencia ( Cartas del verano de 1926 ) e inclasificables biografías ( Mi Pushkin , Natalia Goncharova , Viva voz de vida ). En Mi madre y la música y Mi padre y su museo nos dejó notas alegres de su infancia. En la adultez, llegaron peores tiempos, marcados por la revolución y el exilio.   «El alma es el deber. El deber del alma — es volar».   Cada artista, su fuente. Una niña sentada ante el piano, con la vista perdida entre los libros situados junto al instrumento. Suspirando por vivir en ese otro negro sobre blanco: las palabras. Dos...

A. Wagenstein: Lejos de Toledo

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Angel Wagenstein: Lejos de Toledo. Libros del Asteroide, 2010. Traducción de Venceslav Nikólov.     «…y de la locura de los deseos, pecaminosa, pero tan dulce».  (Tercera parte)     H. me invita a seguirle a un encuentro científico, yo acepto y así es como llegamos a Plóvdiv, en la Tracia búlgara, la ciudad de las siete colinas a orillas del Maritsa.    Fundada por Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro Magno), consta como la urbe viva más antigua de Europa. Doce metros de subsuelo lo atestiguan: cada piedra oculta otra piedra. Un trenzado de capas culturales orgullo de sus habitantes: las ruinas de Nebet Tepe, el estadio romano bajo el centro histórico, el teatro a los pies del conservatorio, la mezquita… Excaven y vean.   Es un día despejado proclive a ensoñaciones. La luz suaviza el otoño de los parques y al sur se intuye el espesor de los Ródopes. Enseguida activo mi fiel hábito: dejarme arrastrar por lo que surja. El place...

C. Pavese: El bello verano

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Cesare Pavese: El bello verano. Salvat Editores, 1985. Traducción de M. Carmen García Lecha.    «Es solo el amante quien determina la valía y cualidad de todo amor» (Carson McCullers, La balada del café triste )   Encontré este libro en Nájera, poco antes de descubrir la Senda del agua, a las afueras de Matute, uno de los parajes más bellos de un verano sepultado ya bajo la broza del frío.   Apenas leí. El ajetreo se lo llevó todo: tiempo, contemplación, reposo. Idas y venidas impidiendo —alimentando— el vacío.   Frente a la exploración, quietud y misticismo. Leer agonizando, muerta de hambre, llena de ansia. Recuperar lo que estuvo a punto de perderse sin ese acto solitario: la compañía de un libro.   Un bello Pavese escrito en 1939: diminuto, contenido, dolorido. En una ciudad de provincias, dos amigas afrontan la escasez y el transcurrir de los días. Su juventud las empuja al entusiasmo. También: al sexo y sus peligros. No importa...

M. Guerendiain: Mauro

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    Mikel Guerendiain: Mauro. Pepitas de calabaza & Los aciertos, 2025.   Mauro, Mauro. Su nombre y su presencia nos capturan en esta primera novela de Mikel Guerendiain.   Historiador, profesor, exlibrero, autor de varias obras de teatro, Guerendiain creció en Ciaurriz, concejo navarro a diecisiete kilómetros de Pamplona, 69 habitantes según el INE.   En 1938, del fuerte de San Cristóbal, cárcel franquista a las afueras de Pamplona en ese momento, se fugaron unos 800 prisioneros. A lo largo de varias jornadas, avanzaron por valles y pueblos mecidos por la fortuna. Meta común: la frontera francesa.   De esa huida —múltiple pero individualizada—, de su complejidad y de su anchura nos habla Mauro . Trecho a trecho, voz a voz, el autor erige un relato donde el peligro punza el aire y abrasa los tobillos.   Si el corazón de una novela nace de sus personajes, en Mauro ellos son la roca, el borbotón que, con belleza e intelig...