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Mostrando las entradas etiquetadas como Las Críticas

T. Olson: Dime una adivinanza

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  Memento mori   Llevaba varias semanas sin abrir un libro de cuentos, en concreto desde la última incursión fallida frente a la Historia universal de Ali Smith .   Dime una adivinanza es el segundo título de Las afueras que pasa por mis manos. La editorial echó a rodar con exquisito gusto en 2017. No es justo comparar obras, pero la lectura previa de Como si existiese el perdón , de la argentina Mariana Travaccio (que recomiendo con entusiasmo) colocó un alto listón.   Tillie Olsen nació en Estados Unidos en 1912. Hija de activistas políticos rusos, destacó por su participación en el movimiento feminista y por dar voz, política y literariamente, a la clase obrera norteamericana. Falleció en 2007.   Entre sus obras, destacan Yonnondio: From the Thirties , novela iniciada en los años treinta y no publicada hasta 1974, el ensayo Silences (1978) o Dime una adivinanza (1961), volumen con «cuatro historias co...

P. Tena: Fin de semana

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Pasaje a los hechos   En una escena de la película Unfaithful ( Adrian Lyne , 2002), Olivier Martinez dice a Diane Lane : «Los errores no existen. Solo está lo que haces y lo que dejas de hacer».   Nos guste o no —y dejando de lado valoraciones morales—, lo que sí parece claro es que cada acción tiene su repercusión . Ninguna vida transcurre sin cambios de sentido o sacudidas inesperadas. Y poco hay de cierto en la frase nunca pasa nada . En lo que atañe a las relaciones de pareja, menos aún.   Luisa y Toni llevan juntos más de tres décadas. Tienen una hija. Vivieron en el Londres de los ochenta. De su época inglesa conservan, entre otras cosas, su amistad con los Douglas, a los que vuelven a ver transcurridos más de veinte años desde su regreso a Barcelona. Un fin de semana en el campo inglés y otro en el Ampurdán transformarán su realidad, defendida a cal y canto de amenazas a lo largo del tiempo.   Desde el principio se nos indica la postura ...

C. Peri Rossi: La insumisa

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Pedazos de carne viva   ¿Cómo se vuelve, se viaja, a la infancia? ¿Cómo se rescata? ¿Qué se hace para limpiar de olvido los rincones polvorientos? ¿Hay una memoria fija, inamovible, de lo ocurrido? ¿O se trata solo de ecos inseguros? ¿Qué orienta la luz que posamos sobre el recuerdo —íntimo, nítido, intransferible— de las cosas?   Reconozco ser torpe evocando. Y sin embargo —quise decir: a la vez— siento que nada se pierde en el camino. Que cada risco, peña y grano de arena los recoge el presente, extendiéndolos hacia el futuro. Aquello en lo que nos hemos convertido —cuerpo, voz, belleza, miedos— surge en su totalidad de lo que fuimos. Sin que extraviemos un solo fragmento, una sola partícula. En el crecer, no hay desechos.   Hablar de escritoras que queremos exige distanciarse de ellas sin olvidar adónde se quiere llegar, siendo esto —el destino de un texto— algo que se descubre, en mi caso, conforme se escribe. Si por conocer una obra literaria entendemo...

A. Ernaux: La mujer helada

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«Mis mujeres, las mías, vociferaban todas, tenían el cuerpo descuidado, demasiado pesado o demasiado plano, dedos rasposos, caras sin pintar o con gruesas manchas rojas en mejillas y labios». Primera página de La mujer helada (1981), de Annie Ernaux, narradora nacida en el pueblo normando de Lillebonne . Hija única de pequeños comerciantes, revisa aquí su adolescencia e infancia, intentando comprender qué la llevó a quedar atrapada en una vida que distaba de la libertad y el amor propio en los que la educaron. Ernaux lleva a cabo —y caracterizará toda su producción literaria— una fina operación destripadora, con bisturí poco dispuesto a ocultar hemorragias. Todo viene de algún lado. Hay una historia, unos motivos, ciertos pasos dados en determinados instantes. Los cimientos no son tal vez los que parecían ser. Sobre todo, no garantizan la firmeza del edificio, expuesto a la intemperie de los tiempos, que son la sociedad, las expectativas, las ataduras, el no poder re...

M. Mayoral: La única mujer en el mundo

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Marina Mayoral: La única mujer en el mundo. Edhasa, 2019. Tejidos por el deseo «Ahora tengo todo lo que deseo, más de lo que nunca me atreví a desear. Y no tengo miedo a perderlo». Recuerdo a Marina Mayoral igual que recuerdo mi cuerpo, mi cuerpo y sus ansias, a los veinte años, cuando comencé a leerla, sumergiéndome en su literatura con ardor parejo al de quien se baña en el Jordán. Eran otros tiempos, a finales del siglo anterior, con menos vidas vividas, con menos deseos colmados, y un horizonte joven, ingenuo, en el que ni la imaginación más desatada podía, ni por asomo, presentir el futuro. Marina Mayoral hablaba y escribía con serenidad, desde un pazo sabio, sensual, bellísimo, sensible. Desde un estado reconocedor de nuestras constantes vitales , esas que tan dignamente traicionan los asideros de nuestra materia, por suerte para todos. En La única mujer en el mundo , la autora, nacida en Mondoñedo (Galicia), vuelve a Brétema, lugar perenne de sus n...