Al marcharme de Alcalá, pregunté a Don Miguel si, ya muerto, le
importaban algo sus huesos. Esperé largo rato. La estatua no respondió.
Interpreté su silencio como un “a preguntas
necias, oídos sordos”.
Entrevisté a Cristina Peri Rossi el pasado febrero en Barcelona. Con su último libro de relatos como música de fondo ( Los amores equivocados , Menoscuarto), hablamos sobre el amor y el deseo. Este es el resultado. Cristina Peri Rossi: «El amor es una quemadura». «No hay mejor marido que una mujer». «Nada sabemos de los seres que amamos, salvo la necesidad de su presencia». ( La nave de los locos , 1984) Barcelona, final del invierno, casa de la autora. Entro con patas de mosquito (y la sangre llena de sangre). Sé que estoy ante una escritora inmensa. Me reciben la naturalidad, la generosidad, el saber y el genio innato. Cuenta su amiga Lil que en el pasado Cristina utilizaba tres máquinas de escribir a la vez: en una escribía poesía, en otra novela, en otra cuentos, tal vez ensayos. Nació en Montevideo en 1942 y se exilió en 1972, sabiéndose objetivo marcado por la dictadura uruguaya. Su obra es inconmensurable y difícil de catalogar: el lirismo más pr...
Cercanía en Madrid La biografía de Juan Gracia Armendáriz (Pamplona, 1965) aloja un vasto haz de logros, experiencias y luchas vitales. Escritor, periodista, exprofesor universitario, lector, músico a ratos… Muchos zapatos lo calzan, aunque la literatura sea, probablemente, la piedra presente en todos ellos. Entre otros géneros, ha cultivado la narración breve en Cuentos de la frontera, Queridos desconocidos y Cuentos del Jíbaro . Las novelas La línea Plimsoll , Diario de un hombre pálido y Piel roja componen la Trilogía de la enfermedad . La Pecera , su última obra (2015), sumerge al lector en el veraz infierno de un alcohólico. El encuentro se produce en la plaza Mayor de Madrid, donde buscamos refugio —hace frío— y algo que tomar en uno de sus bares. Habituada a la penumbra holandesa, me choca la recia iluminación interior de las tabernas patrias: no hay dónde esconderse bajo esta luz potente, como de cocina de casa. Me pregunto si esa c...
Fiódor Dostoievski: Memorias del subsuelo . Cátedra, Letras Universales, edición y traducción de Bela Martinova. Si Gregor Samsa acepta sin comprender nada, este hombre cucaracha sabe más y algo sí entiende. Desde su alma lastimosa se hace grandes preguntas: ¿Y por qué no echamos abajo esa cordura, para que podamos vivir conforme a nuestra absurda voluntad? O: ¿De dónde sacan los sabios que el ser humano necesita ser virtuoso? O: ¿Cómo se puede desear algo conforme a logaritmos o tablas matemáticas? No importa cuánto se eleve o exalte elucubrando, su torpeza y mala suerte lo devuelven invariablemente a las profundidades. Y en ese subsuelo oscuro, ¿de qué sirven las preguntas? Nos pesa ser de carne y hueso, dice. Hemos llegado a tomar la vida por un trabajo, dice. Nos persuadimos de que es mejor vivir conforme a los libros, dice. Pronto inventaremos la manera de nacer de las ideas, dice. Y a golpe de pensamiento y realidades sobrevive el infeliz; atorado, sin r...
Mi homenaje a la literatura de Adelaida García Morales y al cine de Víctor Erice. «Era como viajar en un barco que navegara a la deriva, perdido en el mar, lejos de todas las costas». El silencio de las sirenas Resulta espinoso romper la quietud, escapar de la mudez del pensamiento para hablar de Adelaida García Morales (Badajoz, 1945 – Dos Hermanas, 2014), dueña vital y literaria del sigilo y de las sombras. Entre cuentos y novelas, García Morales publicó más de quince títulos a lo largo de unas dos décadas (1985–2008). Logró los premios Sésamo, Herralde e Ícaro. Fue una de las autoras en lengua española más traducidas a finales de los años noventa. Tras varias lecturas, aún no logro atravesar El Sur , su primera obra publicada, sin librarme del mazazo de su conmoción poética, sin admirar su engranaje compositivo o su perfecta condensación. Escrita a mediados de 1981 en la Alpujarra granadina, no vio la luz (con Anagrama) hasta 1985. En 1983, dos años an...
Mary Ann Clark Bremer: El librero de París y la princesa rusa . Periférica. Traducción de Hugo Bachelli. Dedico una segunda microcrítica a esta autora , la dama de pulcra elegancia. Sus dos primeros libros ( Una biblioteca de verano y Cuando acabe el invierno ) fueron descubrimientos fortuitos. Este, por el contrario, ha sido intencionado. Años 60, París. Un librero y una noble rusa. La guerra y sus trágicas pérdidas. Jean-François de Bastide como murmullo de fondo. Clark Bremer es testigo y cronista de un amor interrumpido por una inexplicable desaparición. Anécdotas mínimas incrustadas en libros y lecturas. Recuerdos engarzados en un collar de perlas. Frases transparentes. Comas de nailon. Literatura sin trampas, libre de pedantería. La oscilación del pecho se detiene: sí, el placer perturba. Nácar. Suavidad proustiana. Cofre forrado del mejor terciopelo. Piedras que huelen a sándalo y especias. Belleza que no hace falta des...
Yuri Herrera: La transmigración de los cuerpos . Periférica. Vuelvo a Yuri Herrera, a ésta su última novela, como quien regresa a un amante prodigioso. Porque sí: su escritura hace palpable el idioma, lo transmuta, lo somete a procesos de aceleración celular en la probeta de su particular laboratorio. El resultado suena a lo que no existe, a frontera, a elevación espiritual y pulposa de la carne, a terreno inalcanzable para los humanos. Leer a Herrera es sentir un cosquilleo progresivo en la nuca. Terminar con la cabeza taladrada. Asomarse al borde del barranco. En algún momento alguien nos empuja y plaf, nos vamos al carajo. Les dejo la primera frase para que, como el Alfaqueque cuando se entrega a la Tres Veces Rubia, deseen tener a mano un condón que les evite desparramarse por completo: «Lo despertó una sed lépera, se levantó y fue a servirse agua pero el garrafón estaba seco y del grifo escurría nomás un hilo de aire mojado.» ...
Han Kang: La vegetariana . :Rata_, 2017. Traducción de Sunme Yoon. Prólogo de Gabi Martínez. Parte de lo leído sobre esta obra no refleja lo hallado en ella. Explicarlo es el objetivo de estas líneas. Sí confieso que acabé el primer capítulo con náuseas crecientes, arrojando una bandeja de pollo —en un intento por perderla de vista— del frigorífico a los cajones del congelador. Reacciones aparte, creo que La vegetariana poco tiene que ver con el rechazo a la ingestión de productos de origen animal. Yeonghye, la protagonista, toma esa decisión por una serie de «sueños» que la asaltan por las noches. No se mencionan ni insinúan en ninguna parte de la novela otros motivos que la lleven a ello. En un lapso de pocos años, extiende su veto al resto de alimentos y deja por completo de comer. «Se podía sentir en ella la fuerza de un árbol silvestre y sin podar». «Era la voz desapasionada de alguien que no pertenecía a ningún lugar...
Herman Melville: Moby Dick. Penguin Clásicos. Traducción de Enrique Pezzoni. Introducción de Andrew Delbanco. «Y en ese inefable esperma lavé mis manos y mi corazón». Lo protegí a muerte en las tempestades. Las páginas se iban volviendo húmedas, el lápiz apenas dejaba marcas, temí perderlo en muchos barcos. Pero Moby Dick sobrevivía día a día, como infectado por el tesón y la furia del capitán Ahab. Cómo hablar de una obra de la que no se debe hablar. « Moby Dick es un libro letal, hostil a toda convención, del que jamás debería hacerse un retrato». De acuerdo. Y sin embargo, Moby Dick es un clásico que llevamos más de siglo y medio interpretando. «Agua y meditación siempre han estado unidas», afirma Melville/Ismael. El cachalote blanco, el Pequod y la inmensidad del mar. El pez volador y el pez amarrado. Lo justo y lo injusto, nuestros horrores y glorias, el miedo, el valor, la locura. Viajar cansa, desear cansa, vivir cansa, y poco puede hacerse por...
Los cuentos de doña Emilia La primera pregunta que me hago es cómo marcar un libro de páginas negras. Me llevó a comprarlo la atracción fatal: qué mejor acompañante que un pigmento aciago para los cuentos trágicos de doña Emilia. Pardo Bazán (1851-1921) escribió más de quinientas narraciones cortas, siendo este su último volumen de relatos publicado en vida. Veintisiete textos de igualada extensión imbuidos de cierto terror, hado y romanticismo. «Mi impresión fue violenta, honda; difícilmente sabría definirla, porque creo que hay sobradas cosas fuera de todo análisis racional». «Hay en la vida cosas así, que nadie logra nunca poner en claro, aunque las vea muy de cerca y tenga, al parecer, los medios para enterarse». La fuerza del destino establece el tono basal de cada historia. El azar espera en una esquina silenciosa, y salta y muerde yugulares sin distinción de tegumento. Nada vuelve a ser lo mismo después de ese paso en falso o ese hecho inesperado. Ni siquie...
Cesare Pavese: El bello verano. Salvat Editores, 1985. Traducción de M. Carmen García Lecha. «Es solo el amante quien determina la valía y cualidad de todo amor» (Carson McCullers, La balada del café triste ) Encontré este libro en Nájera, poco antes de descubrir la Senda del agua, a las afueras de Matute, uno de los parajes más bellos de un verano sepultado ya bajo la broza del frío. Apenas leí. El ajetreo se lo llevó todo: tiempo, contemplación, reposo. Idas y venidas impidiendo —alimentando— el vacío. Frente a la exploración, quietud y misticismo. Leer agonizando, muerta de hambre, llena de ansia. Recuperar lo que estuvo a punto de perderse sin ese acto solitario: la compañía de un libro. Un bello Pavese escrito en 1939: diminuto, contenido, dolorido. En una ciudad de provincias, dos amigas afrontan la escasez y el transcurrir de los días. Su juventud las empuja al entusiasmo. También: al sexo y sus peligros. No importa...
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